La empresa surge del encuentro de dos profesionales, Begoña y Anna. Ambas valoran la importancia que tienen los pensamientos, las emociones, la alimentación saludable y el ejercicio físico para crear un equilibrio dentro y fuera del organismo. La forma de alcanzarlo repercute en nuestro entorno. De ahí, y de un conjunto de sincronías, deciden crear la línea cosmética Santè d’Or.